jueves, 29 de agosto de 2013

EL REAL MADRID CONTRA LOS FANTASMAS

El fantasma que aparece en la foto, junto a Ronaldo, es un jugador del Granada CF, aunque podría ser también del Celta, del Almería o del Elche, de cualquier equipo de los que llaman "modestos" o "pequeños". Esa debe ser la idea que tienen muchos contertulios y periodistas deportivos que merodean por los programas deportivos del estilo de "Punto pelota". Los adversarios del Madrid o del Barcelona, me es indiferente, son dibujados como comparsas sin identidad, zombies del balompié que no merecen ningún tipo de protagonismo. Si pierden por goleada ante los dos grandes, se produce una eyaculación merengue o blaugrana de proporciones mastodónticas. Si algún modesto les planta cara a alguno de los dos buques insignias de la liga española, es porque estos semidioses del esférico, estos nuevos ricos del traspaso y la ficha, no han estado a la altura de las circunstancias. Y no se dan cuenta de que todo este continuo apabullamiento informativo y económico que recae sobre ambos clubes, no hace más que sembrar el aburrimiento, en ligas soporíferas que se ganan en la primera vuelta, y cuyo único interés real se haya en saber quien desciende a segunda.


El lunes pasado, en el programa de la Cuatro "Tiki-taka", se analizaba el partido Granada CF-Real Madrid, que terminó 0-1 y que tuvo en el transcurso del mismo algunas jugadas polémicas. Un par de penalties claros a favor de uno y otro par más dudosos a favor  de otro, fue la base fundamental de la polémica de los contertulios allí presentes que, salvo el Lobo Carrasco, no se atrevieron en ningún momento a mencionar el nombre del adversario del Madrid ni tampoco ninguno de sus jugadores. De hecho, hubo un  par de agarrones a Cristiano Ronaldo, cometidos por un jugador de cuyo nombre no quisieron acordarse en el largo desarrollo de sus lamentos. Que si el jugador por aquí, que si el jugador por allá, nadie se atrevía a desvelar la verdadera identidad de semejante y desconocido ente. Pues bien, tras arduas investigaciones y múltiples contactos con el FBI y la CIA, se ha llegado a la conclusión de que el jugador desconocido no era otro que Pape Diakhaté, internacional 73 veces con Senegal y que ha pasado por equipos como el Olympique de Lyon o el Dinamo de Kiev, antes de tener la desgracia de recaer en un equipo fantasma como el Granada C.F.
El jugador desconocido
Que estos forofos incondicionales del Madrid o Barcelona, lloren como plañideras y reclamen cual pedigüeños alguna falta o incidencia arbitral frente a un equipo modesto es una desvergüenza sonrojante e infame. El Real Madrid, con un presupuesto de 450 millones de euros, le gana al Granada, de 22 millones, por un sólo gol y estos tipos ponen el grito en el cielo por un par de errores arbitrales, cuando, en buena lid, deberían haber conseguido un resultado tan abultado como sus propios presupuestos. Claro que, el fútbol es fútbol, y quizás sea un despropósito pagar tanto dinero por algo que probablemente no lo valga. Que esa serpiente de verano, ya convertida en una anaconda de tamaño monstruoso, del fichaje de Gareth Bale se haya convertido en tema fundamental de nuestras vidas ya es un indicativo, sobre todo del despropósito de pagar cerca de cien millones de euros por un sólo jugador. En proporción, él sólo debería de enfrentarse al Betis, Rayo, Levante y Osasuna. Eso sería lo justo. Esta diferencia brutal de poder económico ha hecho una liga poco interesante y con una diferencia, en cuanto a puntos, realmente insalvable. Se ha reducido a un enfrentamiento dual entre Barcelona y Madrid y es poco probable que otros equipos, antaño aspirantes a ganar la liga, Valencia, Athletic de Bilbao, Real Sociedad, Atlético de Madrid y algún que otro más, sea capaz de poner su pie en el primer puesto de la clasificación. Algunos han hablado de que estos equipos que siempre ganan deberían hacer una superliga europea, algo parecido a la Champións League y fuera, lógicamente, de sus competiciones patrias. Esto sería un disparate, no sólo económico sino institucional que provocaría la agonía del fútbol histórico. En el fondo es una treta para callar las bocas de los que expresan su disconformidad. Los poderosos tratan así de silenciar a los que creen que ambos monstruos económicos necesitan imperiosamente la colaboración de los llamados modestos. Se necesitan mutuamente y, por lo tanto, no parece proporcionado el reparto televisivo, otra forma de ir hundiendo la competitividad del deporte rey.


Es un escándalo, que el Madrid y el Barcelona sean capaces de llevarse toda la tarta y dejar las migas a los demás, un agravante sin sentido que queda en evidencia si observamos como se hace en otros países. La tabla del reparto que figura más arriba no tiene por donde cogerla y es indecente. No voy a discutir que ambos equipos sean más mediáticos que los demás, que gracias a ellos hay tal chorreo de dinero, pero las diferencias no pueden ni deben ser tan traumáticas. No si queremos una liga más fuerte, más competitiva, en suma, más divertida que la actual. Es natural que tanto uno como otro sean dos entidades que atraen más publicidad, más negocio, pero también es muy cierto, que los periodistas deportivos y contertulios nos han saturado de información sobre ellos, que su foco va en una sola dirección y que, en definitiva, son capaces de derrochar horas y horas hablando de la titularidad de Casillas, por citar un ejemplo, que de cualquier otro asunto. Los demás no existen, son sólo fantasmas que deambulan por los estadios.

lunes, 26 de agosto de 2013

UN REGALO



No comprendía en absoluto lo que le sucedía. De un tiempo atrás no se encontraba nada bien. Su salud era precaria en toda su extensión, tan delicada como un barquito de papel en las cataratas del Niágara. No sabría decir cual era su mal, sólo podía describirlo como un malestar absoluto. Las punzadas del dolor le arrancaban desde la punta de los dedos de los pies, hasta el más largo de sus cabellos de su agitada cabeza. Los médicos lo encontraban muy peculiar, pues jamás habían visto semejantes síntomas, bueno, en realidad, jamás habían contemplado a alguien que tuviera todos los síntomas. La vida le parecía insoportable, y eso que tras el accidente en el que había perdido la memoria, se había encontrado con una salud envidiable, se había casado con la mujer que amaba, tenía unos hijos adorables y una casa fantástica. Siempre se consideró un tipo con suerte, con todo lo necesario para ser feliz, sin embargo ahora parecía que todo aquel regalo vital le estaba abandonando. Su amargura era infinita y un día, dando un paseo, intentando paliar aquel malestar diabólico, se acercó a un puente, bajo el cual se agitaban unas aguas de un color ceniciento nada halagüeño. Sus pasos le guiaron al borde, donde contemplaba aquella corriente hipnótica que le llamaba en un mar de susurros casi intangibles. La elección parecía sencilla, un gesto de sus pies y todo acabaría. De repente, se percató de que, sobre las aguas del río, navegaba a la deriva una caja de pizza. No pudo evitar pensar lo mucho que le gustaban, especialmente la de pollo al curry, se acordó del cine que estaba justo al lado del restaurante italiano donde la preparaban. Tenía previsto llevar a los niños a ver una película de dibujos. A él también le gustaban. Le vino a la memoria un cine de verano junto a la playa y los paseos otoñales que solía dar por la tarde con su mujer, esa deliciosa sensación de pisar la arena mojada. Recordó los besos furtivos junto a la orilla, el sol, la brisa del mar, unos niños volando una cometa. Vaciló, y por un momento su miedo a morir mitigó sus males. Escuchó una voz que le dijo:
 -No parece una elección fácil.
Era un hombre de rasgos suaves, casi afeminados, de mirada limpia y tez ligeramente pálida. Irradiaba cierta paz, aunque también producía cierta inquietud. El desconocido le habló de nuevo:
-Tengo el remedio a todos tus males.
-¿Cómo dice?, ¿quién es usted?, ¡qué sabrá usted de mis males!.
-Soy un ángel y tu no eres quien realmente crees que eres. 
-Ya. Esto me parece una broma, seguramente me dirá que sabe lo que me pasa exactamente, ¿cuál es mi dolencia?.
-Eres alérgico a la vida- sentenció el ángel.
-¿Está usted loco? ¡No hay ningún hombre al que se le haya detectado semejante mal!.
-Pero tu no eres un hombre- replicó la figura enigmática.
-¡Cómo que no soy un hombre!, ¿entonces qué soy?.
-Eres la Muerte.
-¿Qué dice, está usted loco?
-Hace algunos años comenzaste a sentirte inquieto.  No llegabas a entender porqué la gente te tenía miedo, la razón que les motivaba a  huir de tu presencia. No comprendías la actitud de los hombres, su falta de honestidad con su destino. No acertabas a explicar su carencia de compromiso respecto a su destino inexorable. Querías saber que se siente al otro lado y te quisiste convertir en humano. Nosotros te concedimos tu deseo a cambio de borrarte la memoria temporalmente, no queríamos que jugases con ventaja. Lo que ahora ocurre es que tu cuerpo ha recuperado su identidad, aunque tu mente aún se resiste. Ahora tienes las respuestas.
Durante un momento dudó, pero no tardó mucho en volver a la realidad, su verdadero ser comenzó a inundar todo su cuerpo. Ahora sabía que era realmente la Muerte.
-En efecto, ahora tengo las respuestas, comprendo el miedo y la tristeza, entiendo su desesperación. Pero, respecto a mí, nada cambia, porque supongo que debo continuar mi trabajo- terminó la frase como si esperara que algo pudiera alterar su condición,  un gesto de misericordia que le liberase de su penosa tarea.
El ángel le respondió: -Tu trabajo debe continuar, ¿de que otra forma se percatarían de que la vida es un regalo?.
-... y una pizza de pollo al curry- le contestó la muerte.


lunes, 19 de agosto de 2013

LA LEY SECA


 "Aquellos labios que prueben el alcohol, no probaran los nuestros"

Probablemente haya sido la foto mas contraproducente del mundo de la publicidad, poco acertada, mal diseñada y que, desde luego, provoca una reacción contraria a la que promulga. Realizada en 1919 en una campaña para la prohibición del alcohol, estas mujeres entendieron que, la mejor forma de defender tal actitud, era la de realizar semejante instantánea, seguramente animadas por un publicista amante del buen whisky, que les quiso jugar una mala pasada. Si a tan singular imagen añadimos el peculiar lema que reza en la pancarta, tenemos servida en bandeja la ironía, el chiste fácil o directamente la sal gorda del humor. Porque no son pocos los comentarios que provoca: Que si es suficiente motivo para hacerse alcohólico, que mejor pillar una buena trompa antes que besar a semejantes beldades, o dar gracias al Señor por concedernos el licor que nos haga ver las cosas con mejor disposición. No obstante, debemos reconocer el mérito a las señoras en cuestión, pues ofrecen la puerta de entrada al amor con un beso, teniendo en cuenta que son la misma imagen del recato más estricto y victoriano. 

“Esta noche, un minuto después de las doce, nacerá una nueva nación. El demonio de la bebida hace testamento. Se inicia una era de ideas claras y limpios modales. Los barrios bajos serán pronto cosas del pasado. Las cárceles y los correccionales quedarán vacíos; los transformaremos en graneros y fábricas. Todos los hombres volverán a caminar erguidos, sonreirán todas las mujeres y reirán todos los niños. Se cerraron para siempre las puertas del infierno”.

Con estas palabras del  senador Vosltead comenzó la conocida popularmente como "Ley seca", y diseccionando sus palabras no podemos pensar nada más que, tan iluso político, estaba realmente equivocado en muchos sentidos. Prescindiendo del tono idealista y simplista de la propuesta, se desconocía en gran medida el carácter humano y su afán por desafiar lo prohibido. En un ambiente de debate público sobre costumbres morales, catapultado por cierto rebufo de puritanismo protestante y mediatizado por la labor de algunos movimientos como el Ejército de Salvación  o el de la Sociedad por la Templanza, surgió de forma taimada la necesidad de plantearse la prohibición del alcohol, como responsable de la brecha que se podía ocasionar en la vida familiar tradicional. La sociedad que vino de la mano de la revolución industrial parecía traer como compañía cierto estado depresivo, motivado quizás por el estilo de vida vinculado al crecimiento de las ciudades. Esos "tiempos modernos", que satirizaba Chaplin en una película del mismo título, producía cierta infelicidad que solo se amortiguaba con bebidas alcohólicas. Esta idea, no exenta de verosimilitud, no se puede negar el incremento del alcoholismo en aquella época, también resulta algo paternalista, el caldo de cultivo ideal para los mojigatos de la moral.

En Estados Unidos el debate se convirtió en algo más que una simple cuestión de opinión, surgiendo dos bandos, los prohibicionistas o dry (secos) y los antiprohibicionistas o wet (mojados). Al final se impusieron los que abogaban por el ataque frontal contra la bebida y sus efectos, siendo aprobada el 16 de enero de 1919 la Decimoctava Enmienda que venía a legislar la prohibición y  elaboración, venta, transporte, importación y exportación de lo que se dio en llamar "licores intoxicantes". Lo que vino después es de sobra conocido: Locales ilegales que surgían como hongos por todas partes, un aumento exponencial del alcoholismo, intoxicaciones debido a la falta de control sanitario en la elaboración de las bebidas destiladas ilegalmente, desarrollo sin control del crimen organizado, corrupción policial y otros desastres. La situación era insostenible, hasta el punto de contemplar la impunidad de los que se beneficiaron de tan singular negocio. Como anécdota hay que reseñar que se contrataron a conductores especialistas que, modificando el motor de sus vehículos, transportaban cargamentos de alcohol ilegal, esquivando a la policía gracias a sus habilidades. Unas habilidades que fueron evolucionando poco a poco, compitiendo entre los propios traficantes y siendo uno de los orígenes de las conocidas carreras de coches de NASCAR.

Naturalmente, y como no podía ser de otra manera, todo se fue al traste el 7 de marzo de 1933, cuando la prohibición llegó a su final y el hampa tuvo que buscar negocio en otras actividades, drogas y prostitución principalmente. Una lección de la historia que debería servir para algo más que inspirar buenas películas de gangster. Prohibir quizás no sea una solución demasiado afortunada en según que cuestiones, en las que la libre elección responsable debe privar de forma sensata, suponiendo que sepamos hacerlo...

En España no podíamos ser menos y también tuvimos nuestra particular campaña moral, de manos de los anarquistas en plena guerra civil, con consignas como los de la foto en las que se podía leer:

“EL BAR, anquilosa, es el vivero de la chulería, CERRÉMOSLE.
LA TABERNA, atrofia y degenera el espíritu combativo, CERRÉMOSLA.
EL BAILE, es la antesala del prostíbulo, matando las energías del joven luchador, CERRÉMOSLE.
CINES Y TEATROS, una misión: labor antifascista: de lo contrario, CERRÉMOSLO. Todo ser que frecuente estos lugares es merecedor del desprecio" ¡ABAJO EL PARASITISMO!” 


Lo único que les quedaba a los jóvenes de la época, y a los no tanto, era luchar, luchar y a buen seguro morir, que lo de disfrutar es para los señoritos.



viernes, 9 de agosto de 2013

11 REGLAS PARA LA ESPOSA PERFECTA


Durante la dictadura de Franco las mujeres no podían acceder al servicio militar y esa cuestión reconcomía al régimen, que tenía que pedirles una contribución para preservar los pilares fundamentales del movimiento. Para eso servía la conocida como "Sección Femenina", dirigida por Pilar Primo de Rivera, hermana de José Antonio, y que tenía como modelo referente de buen comportamiento a Isabel la Católica y Santa Teresa de Jesús. Un contrasentido, por cierto, porque precisamente estas mujeres no fueron conocidas precisamente por ser sumisas, sino por tomar las riendas de forma férrea. Un mal ejemplo, para el concepto que se quería inculcar de mujeres piadosas y sometidas a la autoridad del marido. Supongo que les cegó el carácter religioso de ambos personajes históricos, quedando lo demás relegado a la ignorancia más supina. Se limitaron a lo que se limitan todas las dictaduras conocidas, que no es otra cosa que adoctrinar estupideces retrógradas y esperpénticas, es decir, alienar al país para conservar su poder. Lamentablemente aún hoy en día podemos hablar de ejemplos prácticos que todos tenemos en mente. Les dejo con 11 reglas, en realidad 12, que la Sección femenina publicó en 1953 para la perfecta esposa, un cúmulo de despropósitos más propios de la sociedad esclavista y que probablemente contribuyeron a crear un problema que hoy padecemos de forma sangrante. 11 normas, 11 estupideces, 11 formas de retraso sin parangón: 

¡Nada de bocadillos ni tortillas francesas, una cena deliciosa como Dios manda y, si su plato favorito es el osobuco, manos a la obra!


Fresca y reluciente, aunque para eso tengas que meterte en el refrigerador, cual lechuga .Luce hermosa y maquillada,como si fueras a ir a la ópera. ¿Qué demonios es poner un listón en el cabello?


Aunque suponga montar un circo ambulante, con cabra equilibrista y organillo.


Levanta sólo los libros de escuela, que los otros o no se tienen o no merecen que se les quite el polvo.


¡Nada de braseros y estufas de butano, si no se tiene chimenea se construye y punto!


Sin mocos ni churretes, recién limpiados con Cristasol y dentro de un cofre.


Silencio absoluto, aunque tengas que liquidar a tu prole, todo sea por aliviar el ruido soportado por el pobre hombre en la oficina.


Si, muy feliz, algo así como el Síndrome de Estocolmo.


Si hay un grave incendio en la casa, debes callar, primero tienes que escuchar sus asuntos, mucho más importantes que cualquier siniestro incidente mortal.


¡Si se va de locales con lucecitas rojas tienes que entenderlo, es su mundo de compromisos, ignorante del demonio!


Si una banda de albano kosovares ha dado buena cuenta de tus padres no se te ocurra contar tan pequeño detalle a tu esposo.



Sin comentarios. Todo este nauseabundo adoctrinamiento se califica por sí mismo. Afortunadamente corresponde a una época ya superada. Bueno, quizás no tanto, en algunos países siguen pensando de tan putrefacta manera o aún peor, y es que la estupidez no tiene límites temporales.  Ver para creer.